No me importa reconocer que he llorado al saber la noticia del fallecimiento de la intérprete BARBARA SHELLEY por culpa de severas complicaciones tras haberse recuperado parcialmente de la covid.
No sólo por ella, quien ha sido y seguirá siendo mi actriz preferida, una mujer y artista exquisita, capaz de cambiar de registro en la evolución de un mismo personaje con una facilidad pasmosa (y me refiero a su papel de Helen para DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS).
Pues resulta horrible la situación en la cual estamos viviendo; la inseguridad, la incerteza, el temor inevitable... Pero hay que seguir. Tomar nota de los errores. Prevenir, avanzar...
BARBARA SHELLEY ofreció al cine fantástico británico caracteres maravillosos para títulos considerables como LA SANGRE DEL VAMPIRO, EL PUEBLO DE LOS MALDITOS, QUÉ SUCEDIÓ ENTONCES?, LA GORGONA, RASPUTÍN, la ya citada DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS...
Menospreciada como tantas y tantas por laborar para el cine de terror -y además inglés-, no fue una "starlette" más en el firmamento de estrellas de la Hammer Films. Su ejemplar dibujo de personajes, su elegancia, su sensualidad y misterio, la hacen destacar con facilidad igualándola a "partenaires" cinematográficos de la talla de Peter Cushing, Christopher Lee, Andrew Keir, George Sanders...
És un día triste.
La persona se ha fundido en el espacio y el tiempo. Permanece el mito. BARBARA SHELLEY seguirá viva en sus filmes, nos acompañará siempre para hacernos disfrutar de su magnífico legado.
Josep Ferran Valls
