El papel. Algo en desuso, salvo que sirva como sobre para guardar CD o vaya a saber que formato de soporte digital. La revista de cine, otro animal en extinción. Las reglas son claras: una revista que no se vende, se extingue. Y también los cinéfilos están en extinción. Y no es solamente debido a factores culturales o económicos. Lejanas están las épocas en que una revista o un fascículo acaparaban un interés que hoy, la proximidad del dato y la profundidad del conocimiento que emanan la Internet, parecen haber liquidado. Pero felizmente la sabihonda Wikipedia no es infalible y, por el contrario, contiene errores que son arrastrados por profesionales en sus informes. Así que no tardaremos mucho en volver a apreciar la opinión de una autoridad en tal o cual tema, y de volver a valorar una revista en papel. Una revista como la que vd. ahora habrá hojeado y, debido a que su precio equivale a tan solo dos cafés en cualquier barsucho de ciudad, habrá adquirido. A partir de ahora vd. será un cófrade más de la logia secreta de los cinéfilos del papel. Aquellos que coleccionan y ven películas clásicas, rarezas, cine bizarro, psicodélico y todas las variantes y escalafones del terror. Y que encuentran en Macabra, la revista de Cinefanía, esa publicación que pulsa la nota precisa cuya armonía desde hace años ninguna otra entona.
Pedidos aquí.