Narciso Ibáñez Serrador (Montevideo, 1935), es una de las figuras más emblemáticas de nuestro país por sus trabajos para cine y televisión y por popularizar el cine fantástico. Así con la serie de culto ‘Historias para no dormir’ (1966 – 1982), que adapta a la pequeña pantalla obras maestras de la literatura de terror, descubre a millones de espectadores el hasta entonces desconocido género cinematográfico.
Sus experiencias previas en ‘Obras maestras del terror’, en la televisión argentina o, ya en España, en programas como ‘Estudio 3’, son una prueba de su pasión por el género, y la consagración de ‘Historias para no dormir’ en los años sesenta, supuso la confirmación definitiva de que el fantástico interesaba también al público español, con capítulos emitidos por Televisión Española que han pasado a la memoria colectiva como ‘El asfalto’, donde su propio padre moría sepultado, y que le valió el premio Ninfa de Oro del Festival de Televisión de Montecarlo en 1967.
Narciso Ibáñez Serrador, admirador del humor negro y de la literatura de Edgar Allan Poe y Ray Bradbury ; y de la fórmula de Alfred Hitchcock, no sólo era el conductor y realizador del programa, sino que escribía la mayoría de los capítulos (‘El cumpleaños’, ‘La pesadilla’, ‘El televisor’…) bajo el seudónimo de Luis Peñafiel. Durante estos años, Chicho no abandona el género fantástico y compagina el concurso "Un, dos, tres" con nuevas adaptaciones de relatos de terror para Televisión Española y Radio Nacional de España ; además de rodar los largometrajes ‘La residencia’ (1969) y ‘¿Quién puede matar a un niño?’ (1976), estrenados internacionalmente. Con ‘La residencia’ firma una de las películas más taquilleras del incipiente género, “una película claustrofóbica y de corte clásico que relata la historia de un asesino en una residencia de señoritas y una joya tremendamente reivindicable rodada en una época donde el cine de género casi no tenía presencia en las pantallas españolas”.